BLENDER;
OCTUBRE 2006 “Amy Lee, Back In Black”
Amy Lee, la cantante de
Evanescence, ha sobrevivido al colapso de su banda, a una traumática separación
y a un manager (supuestamente)
diabólico. “Solo estoy contenta cuando llueve” le dice a Blender.
Hace dos días, Amy Lee estaba
muriendo en un cementerio.
“Estaba grabado para el nuevo
vídeo de Johnny Cash”, explica. “El concepto es todos esos famosos –Justin
Timberlake, Tony Hawk, P. Diddy – vestidos de negro como Johnny Cash. Sabes,
expresando el dolor del mundo. Me dijeron que podía hacer lo que
quisiera, así que dije: ¿Por qué no ir a
un cementerio y dejar algunas flores en el suelo? Lo grabamos en la Iglesia de la Trinidad”,
dice, refiriéndose a la empinada neo-gótica catedral de tres bloques de
Ground Zero, en el sur de Manhattan.
“Era muy espeluznante”, que viniendo de ella, es bastante elogiante.
Lee, de 24 años, es la cantante
de Evanescence, la banda más popular de rock gótico en el mundo. Sentada en un
parque en un día soleado de Julio, no obstante, ella no puede parecer nada
menos que una princesa de la oscuridad. Lleva sombras rosas, un top de rayas
blancas y violetas, una larga y suelta falda y chancletas, y sus negros
mechones de pelo se han echado atrás en una coleta alta, desvelando una pálida
y preciosa cara. Está mordisqueando un sándwich de carne y queso – solo la
mitad, “porque voy a guardar la segunda parte para la cena”, dice.
“De todas formas” dice sobre la
grabación del vídeo, “de verdad que quería llevar el abrigo que acabo de
comprar – un abrigo largo y negro, muy espectacular. Pero el día fue uno de
esos días del año muy calurosos. Así que
caminé con el abrigo abrochado todo el camino, la coleta moviéndose tras de mí,
simplemente muy, muy caluroso. Pero tenía que llevarla – pertenecía a Tim
Burton”
Levanta la vista apartándola de
su sandwich y deja salir una irónica risa: “Dios. Soy muy gótica”
Durante los tres últimos años, la
vida de Lee ha sido muy parecida a una novela de Lemony Snicket – un
desafortunado suceso tras otro. Primero rompió con su novio. Después su banda
implosionó. Despúes vinieron acosadores y terapia; después otra ruptura; el abandono de un compañero de grupo; un
acoso sexual denunciado con 7 juicios; otro abandono de otro compañero de
grupo…
“Han sido un par de años con
muchos sucesos”, dice desmigajando su sandwich y tirándole las migas a algunas
palomas.
De vuelta al 2003, Evanescence ha
tenido el éxito más insólito en la historia de la música. Cinco chicos desgreñados del pueblo de Little
Rock, en Arkansas – un pueblo cuya mayor exportación al mundo musical fue un
expresidente saxofonista – que fueron despedidos como “máquina de dinero” o
directamente ignorados. Pero después su “Bring Me To Life”, una monstruosa
combinación de fuertes riffs de guitarra con las suaves, líricas voces de Amy
Lee, lanzadas en el soundtrack de Daredevil, y más rápido de lo que puedes
decir “Bennifer II” ellos escalaron volando los tops musicales. Lee se
convirtió en un icono para legiones de niñas de 14 años con posters de Emily
the Strange en sus parees y pintalabios negros, y el debut de Evanescence,
Fallen, vendió 6.5 millones de copias, ganó dos Grammys y se quedó en el Top
Ten durante cerca de un año.
Pero todo empezó a chocar en
octubre de 2003, cuando Ben Moody, el guitarrista de Evanescence y el
co-escritor de Amy, decidió que tenía bastante y dejó el grupo a mitad de gira.
Era doblemente doloroso para Amy: Ella y Ben habían sido amigos desde 1994,
cuando se conocieron en un campamento de verano. Pero la pareja duró poco
tiempo, a pesar de ser un tan buen grupo rock n’ rollero. Lee se recompuso
después del abandono de Moody, diciendo que iba a ser mejor para todos, pero en
el fondo estaba devastada.
“No odio a Ben” dice ella, con
los ojos brillándole. “Solo que no quiero hablarle nunca más. Era una persona
muy venenosa. Hay gente que simplemente no es buena para ti – No quiere decir
que sean Satanás, pero no puedes tenerlas en tu vida” Ella dice que no le ha
hablado en dos años y medio, desde la
noche que ganaron los Grammys. Moody le
dejó unos cuantos mensajes de voz, pero ella no ha respondido. “Es manipulador.
Necesitamos vivir nuestras vidas separadas”
Lee ha estado mirando sus uñas
durante todo este tiempo, sacándoles el pintauñas rojo oscuro. De repente ella
mira hacia arriba, avergonzada. “Guau, estoy siendo muy mala ahora. Voy a arder
por esto. Voy a recibir un corazón de cerdo de parte de su madre por correo
después de esta entrevista… Pero es la
verdad”
“Las relaciones me fascinan,”
continúa. “Pones tu corazón en alguien, le enseñas todo, y eso se siente bien
al principio. Pero después te das cuenta, eres completamente vulnerable. Esta
persona puede destruirte. Eso me inspira.”
Si ella está bien, entonces el
último invierno debe haber sido muy inspirante para ella. A finales de
noviembre, Lee y la banda echaron a su manager, Dennis Rider, justo después del
primer álbum, a pesar de tener un contrato de tres. Cuando Rider denunció a Lee
por incumplimiento de contrato, pidiendo 10 millones de dólares en daños, ella
explicó el por qué de este despido. Alegó que Rider “descuidó la carrera de Lee
y se concentró en tener encuentros extramatrimoniales con ella… siendo agredida
durante reuniones, sufriendo abuso físico y teniendo que callarse sobre eso… y
usando la tarjeta de Lee para comprar regalos para su mujer” uno de ellos era
un coche de 18.000 dólares. Y aquí hay más: El abogado también acusa a Rider de
realizar “acosos sexuales no bien recibidos” sobre Lee, incluyendo cuando puso su
cabeza en la rodilla de Amy y subió por su pierna” y otra ocasión en la que
dijo que “quería grabar una examinación ginecológica de Lee”
Cuando le preguntamos sobre este
caso, Lee se pone cada vez más pálida. “No debería para nada hablar sober esto”
dice. “Es posible que no tenga dinero después de esto. Podría ser destituída”.
Rider ha sido el manager del
grupo desde 2002; él los ayudó en cada paso de su carrera y ganó mucho poder. “Era
muy joven y vulnerable,” dice Lee. “Y todo estaba ocurriendo en mis narices sin
darme cuenta – eso es lo que más duele.”
(Rider negó estas declaraciones
fuertemente y llamó acusándolas de “periorativas” “falsas” y diciendo “no estar
de acuerdo con estas palabras.” Cuando alcanzamos un comentario más fuerte, él
dijo a Blender: “Creo que nos mantendremos
en nuestra política de echar la culpa como sistema”)

Teniendo en cuenta que ella
está hablando de manera general, y no sobre nadie en particular, Lee admite que
“he dejado a la gente aprovecharse de mí.
Estoy aprendiendo a la vez que crezco que algunas personas son muy malas
y demoníacas. La gente no siempre está pensando en ser buena para mí. Ellos pondrán
su corazón en una estantería y harán lo que tengan que hacer con lo que tengan
delante.”
Pero tan sórdido como suena esto,
las pruebas del abogado podrían haber empezado en una simple nota: una copia de
de aviso de terminación que los abogados de Lee incluyeron como prueba. “Como
bien usted sabe,” dice, “la señorita lee estuvo recientemente en una
relación abusiva con Ben Moody. Ella no tiene la intención de asociarse con
personas que se dedican a este tipo de… conducta ilegal.”
¿Significa eso que Ben abusaba
físicamente?, preguntamos.
Lee respira bruscamente: “No voy a contestar a eso. Lo siento.”
En febrero de 2005, Amy Lee
desapareció. Evanescence acababa de terminar otro exhaustivo tour por todo el
mundo para promocionar un CD y DVD en vivo, y la discográfica estaba
insistiendo en que empezaran el próximo álbum. Abrumada, se retiró a su casa en Topanga
Canyon, LA, cerró la puerta y sacó el teléfono de la pared.
Lee se paso los 10 meses
siguientes escribiendo canciones. “Es mi parte favorita,” dice. “Estoy en este
tipo de raro, escuro, obsesionada con mi pena, funk” Ella pintó – Como de cinco a seis corazones
expulsando una fuente de sangre que actualmente cuelga en su apartamento.
Compuso algunas canciones para la película Las Crónicas de Narnia, solo obteniendo
la respuesta de Disney de que eran “demaiado oscuras” y “demasiado épicas”. Y
además hizo algo que su madre le había pedido desde el lanzamiento del último disco: Empezó a
ir a terapia.
“Al principio, no sé, eran muchas
sesiones, y yo solo iba y lloraba,” dice Lee. “Todo el tiempo. Supongo que
estaba dejando salir todos los fantasmas de mi pasado”
Es una confesión completamente
sorprendente, aunque quizás lo sea porque solo lo dice sin temor en sus letras.
El debut de Evanescence trataba largamente sobre un novio abusivo, lleno de
gritos torturados y súplicas de salvación.
El nuevo álbum de la banda es
también intensamente personal. Donde Fallen era un llanto para la ayuda, The
Open Door es una liberación sentimental. “Está muy claro ahora que estoy
desencadenada”, canta Lee en los primeros versos, y más de una canción suena
como disparada a Ben Moody.
Muchas otras van también
direccionadas a la ruptura de Lee con Shaun Morgan, el cantante del grupo sudafricano
de hard rock Seether, con quien salió desde mediados de 2004 hasta este final. “Fue
bueno al principio” dice. “Pero acabó muy, muy mal. Es solo esa fatalidad – a las
chicas nos atraen los gilipollas.” Morgan recientemente anunció que iba a
cancelar una gira para entrar a rehabilitación, y el primer single de The Open
Door, Call Me When You’re Sober, se dirige a sus problemas – una descarada,
casi coqueta despedida a un amante manipulador.
En fallen, Lee era como una
muñequita vampírica, cazada por sus demonios pero también frágil y sin sexo. “Cuando
eres joven, te sientes muy rara contigo y con tu cuerpo” explica. Pero ahora
está siendo menos tímida sobre mostrar su lado femenino – y sobre ser sexy. “Me
siento mucho mejor ahora, más confiada. Muy libre.”
Pero la nube oscura que ha cazado
a Lee no ha desaparecido del todo. Terry Balsamo sufrió un parón en Noviembre,
cuando un coágulo de sangre en una de las arterias de su cuello entró en su cerebro,
él dice que está solo recuperado al 60% y que todavía tiene un poco de
parálisis en su brazo izquierdo. Y en julio, el bajista Will Boyd anunció que
se retiraba para pasar más tiempo con su familia, dejando a la banda buscando
con quién reemplazarlo.
Pero Lee no está preocupada. “Realmente
he roto la puerta de tener miedo todo el tiempo”, dice. “No voy a volver a
donde estaba – nunca.”
La siguiente tarde, Lee llama a
Blender. Es un húmedo, gris viernes, y ella está tocando el piano y escuchando
las gotas de lluvia caer sobre su ventana. “Me encanta” dice, riéndose. “Solo
estoy contenta cuando llueve.” Está en su nuevo apartamento cerca de Tony Park
en Manhattan Gramercy, el cual comparte con sus gatos, Shermie y Stella. (Su
última mascota, un gatito llamado Zero, fue comida por los coyotes antes de
trasladarse a California.) El edificio forma parte de una antigua iglesia
del siglo XIX, con torreones, una torre, ventanas con
vidrios de colores y su favorito, una enorme bañera de
mármol. "Es como si esuvieras
siendo bautizado," ella ríe.
Lee tiene también un nuevo novio,
Josh, un antiguo terapeuta de 28 años que vive en New York. Han sido amigos
desde que Lee era una adolescente, y ella siempre ha sentido algo por él, pero
nunca se atrevía a admitirlo. “Si soy sincera, me sentía como que no era
suficientemente buena para él,” dice. “Es guapo, sabe escuchar, me hace
realizar ejercicios de respiración cuando me estreso. Es una relación muy estable
en la que nunca he estado.”
Josh es también, admite, a riesgo de sonar "como un bicho
raro estúpido obsesionado",
su inspiración secreta. Ella escribió Bring Me To Life sobre
él, y él inspiró una de las canciones de The Open Door más sensibles, una
tierna balada que cierra el disco, llamada Good Enough. Es el sonido de una
mujer que probablemente haya encontrado el verdadero amor - probablemente
lo más cercano a la felicidad que esta goth princess va a conseguir.
“Cuando la
escuché por primera vez, me preocupé – era como, esto es ridículo, no se ajusta
a nuestra imagen” dice Lee. “Pero, ¿sabes de lo que me di cuenta? Que a veces
es bueno tener un final feliz.”